Creando es donde encuentro el sentido a mi vida y es mi manera de estar en el mundo. La fotografía y la escritura es lo que une todo lo que hago. En cuanto a la cocina y el mundo mágico de las plantas y los elementos de la naturaleza, una de mis cosas favoritas para tomar y preparar son los vinagres. El vinagre es un líquido que siempre me ha gustado. De pequeña, tomaba chupitos de vinagre, su olor y sabor ácido me despiertan, y mi madre me lo tenía que quitar porque no tenía fin. Vinagre de Módena, vinagre de Jerez, vinagre de vino tinto, de vino blanco, vinagre de manzana,…
En el blog ya he publicado alguno de mis vinagres y próximamente publicaré otro que hice prácticamente al mismo tiempo que el de los 4 ladrones (bueno, dos más porque he parado de escribir para preparar otro; yo funciono así, mil cosas y sobre la marcha, la creatividad no puede tener límites).
Y bien, ¿qué es el vinagre de los 4 ladrones y para qué se utiliza? El vinagre de los 4 ladrones (conocido también como vinaigre des quatre voleurs o acetum quator furum) nace en el S.XVII en Francia como remedio para la peste. Según lo investigado, y siempre cotejando la información, no existe «la receta» pues hay innumerables versiones. Realmente pienso que así debe ser puesto que no deja de ser un tipo de magia y es quien la realiza quien debe decidir ingredientes y cantidades, más allá de la inspiración de los datos y experiencias de otrxs. Rara vez sigo una receta como la comparten en cualquier medio, no creo en los rituales «modelo tipo» o preparados por otras personas que no me conocen ni están enfocados directamente a mí. Por eso es tan importante el autoconocimiento y conectar con nuestra esencia. Volviendo al vinagre, lo que está claro es que según los elementos que lo conforman sirve para protegerse y aliviar los síntomas de algunas enfermedades. Se dice que 4 ladrones fueron apresados por robar a los muertos y a los enfermos de la plaga. A pesar de estar en contacto con ellos, los ladrones no contrajeron la enfermedad. El tribunal les prometió clemencia si compartían su secreto, y se vieron obligados a desvelar la receta. El caso de Marsella lo menciona el abate Rozier (1734-1793) en su Curso Completo o Diccionario Universal de Agricultura, en el que da algunos consejos para su uso, como por ejemplo que su uso como antiinfeccioso oral realizarse en pequeñas cantidades. Este es un fragmento del diccionario:
“Nadie ignora la historia de los cuatro ladrones que manifestaron su secreto para salvar su vida, y que por medio de una preparación de vinagre habían robado la mayor parte de las casas de Marsella sin ser atacados de la peste. Sin embargo, no conviene beberle en exceso. Silvio de Eboé tomaba dos dracmas todas las mañanas antes de ir a visitar a los enfermos apestados. El limón puede también usarse útilmente con el mismo objeto”. Fuente: Carlos Azcoytia
El vinagre que preparé en el mes de abril (me recuerda al exquisito aliño de las aceitunas de mis padres), y ha macerado pacientemente, puede utilizarse tanto para uso alimentario como uso esotérico por las condiciones en las que ha sido preparado y conservado.
Voy a compartir la receta que formulé a mi gusto por si te sirve de inspiración aunque para la próxima probaré con alguna hierba aromática más. Y la comparto en fotografía porque mi hijo quiso decorarla dándole color y me pareció una gran idea. Podéis leerla en mi página web ciclando la siguiente imagen. Aviso de que mi letra es un tanto «difícil» aunque aquí está bastante legible. No vienen cantidades porque normalmente improviso según intuición.
El vinagre tiene propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, expectorantes y antisépticas.
<<La cocina es alquimia de amor>> Guy de Maupassant
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